COMER POR ANSIEDAD

Lo peor de todo es la ansiedad por comer: pienso todo el rato en comida. Quiero comer más sano, pero si tengo un mal día "caigo" y necesito ir por un helado, pizza o chocolate. Es lo único que me proporciona placer y me calma, y si bien me gustaría no recurrir a la comida para calmar la ansiedad, no puedo evitarlo. Después de un día de "gula” me siento mal conmigo, me siento culpable, débil, me digo que no tengo voluntad... la verdad es que sufro bastante con este tema.

Cuantas veces esto no nos ha ocurrido cuando queremos mejorar nuestros hábitos de alimentación. realmente el componente emocional es una parte fundamental y es fácil caer en recurrir a la comida para calmar determinados estados de ánimo. Este tipo de conductas lo conocemos como "hambre emocional"

QUE PODEMOS HACER PARA EVITAR ESTOS PICOS DE ANSIEDAD

  • Vigila la cantidad de carbohidratos que estas consumiendo: Si te afincas por consumir carbohidratos refinados (azúcar y harinas) tu cuerpo siempre va a querer este tipo de alimentos y corres el riesgo de tener atracones recuerda que el azúcar llama al azúcar.

  • Consumir alimentos ricos en proteínas y fibra ellos nos darán mayor saciedad y bajarán los picos de ansiedad.

  • Horarios en las comidas: el comer cada 3 o 4 hrs te ayudaran a estar siempre saciado y así evitaras que aparezca las ansias por otro tipo de comida

  • Consumir grasas buenas: entre las grasas buenas tenemos, aguacate, aceite de coco, aceite de oliva, frutos secos, semillas, estos por ser rico en grasas buenos te mantendrán saciado y mejorara tu ambiente hormonal y por lo tanto tu apetito

  • Realizar ejercicio físico El ejercicio físico moderado nos ayuda a aumentar los niveles de dopamina y relaja la tensión acumulada.

  • Dormir sufriente: cuando dormimos menos de 7 horas y esto se hace de manera regular, corremos el riego que la hormona del apetito se eleve causando que nos de mas hambre, pero esa hambre va dirigida hacia el lado de los carbohidratos como azúcar, harina, es por esto por lo que las pocas horas de sueño están tan relacionadas con el aumento de ansiedad y peso.

Ernesto Avendaño